La historia de “Pirata”: el perro al que abandonaron en la autopista y que hoy es oficial mayor de la Policía
El también apodado “Cartucho”, fue rescatado hace casi tres años durante la temporada de las fiestas. Los responsables de la Jefatura de Policía de la Ciudad decidieron adoptarlo. Ahora, es conocido y querido en todo el barrio de Barracas.
Cuando parecía que, en el mejor de los casos, el destino de un perrito mestizo era el hambre y la miseria, todo un barrio actuó para salvarlo. Sin embargo, casi tres años después de que “Pirata” llegara a la Jefatura de Policía de la Ciudad, en General Hornos 238, los vecinos aseguran que fue él quien cambió las vidas de la comunidad.
El can, también apodado “Cartucho”, fue abandonado en la temporada de las fiestas. Lo bajaron de un auto en plena autopista Arturo Frondizi, por suerte pudo bajar y se acercó temeroso hasta un oficial que estaba cumpliendo con su jornada cerca de la jefatura. Nunca más se alejó de la zona ni de la comisaría.
“Es nuestro gran tesoro”
El perrito rubio estaba flaco, sucio, recuerda una de sus madrinas, Verónica Letcher, quien no dudó en acercarse a la Jefatura para proponerles ayudar con la alimentación y los cuidados de “Pirata”.
“Ezequiel, que no está más, siempre estaba en la esquina de nuestra casa. Yo lo vi el día que bajó de la autopista con Ezequiel, en la esquina de Montes de Oca. Es más, tenía miedo de que mordiera a mis perros”, recuerda Natalia Vidal, quien se convirtió en una de las madrinas luego de que Verónica se lo propusiera.
Natalia Puebla también conoció a “Pirata” cuando paseaba con su perro y asegura que se saludaron cordialmente. “Después, lo veía siempre. Él te recibe y hace una fiesta, es hermoso”, resalta. Esto la llevó a ofrecerse para apoyar con la manutención y sacarlo a pasear.
Si bien la Jefatura proporciona alimento para “Pirata” desde el principio, las tres madrinas se turnan para llevarle comida a diario, en la mañana y en la noche. No le falta nada, “tiene canje“ con una panadería, con una peluquería del barrio, donde lo bañan. También se encargan de llevarlo al veterinario. En abril, cuando Pirata necesitó una operación de vejiga, Natalia, Verónica y Natalia recaudaron fondos a través del Instagram de Pirata (@pirata051) para cubrir todos los gastos. Además, se turnaron para tenerlo en sus casas durante el posoperatorio.
Verónica Lechter resalta que el amor por “Pirata” consiguió que el personal de la Jefatura y los vecinos trabajen como un equipo. “Él es un personaje que unió al barrio porque se ha hecho una comunidad del personal policial y los vecinos. Despertó valores como la solidaridad, los integrantes del barrio estamos a disposición de alguien que fue tirado como algo que no servía y para nosotros es nuestro gran tesoro”. (TN)